viernes, 13 de febrero de 2015

Accesorios en un perrera



Cadena. Es indispensable si no se dispone de una perrera o de un nicho provisto de puerta. Pero hay que decir que no conviene que ningún perro la lleve permanentemente. Por un curioso complejo que desarrolla en el animal, lo hace peor y acaso no sea sólo porque le hace sentirse desgraciado. El perro con cadena se entrega con mayor facilidad a demostraciones excesivas de furor porque sabe que la cadena lo detendrá antes de haber ido demasiado lejos, antes de haber mordido. Por ello vemos a veces perros locos de rabia tirando del extremo de su cadena. Si ésta se rompe, el perro queda tan trastornado que vuelve al nicho completamente calmado...


No es menos cierto que la cadena hace a los perros chillones y desagradables, después malos y ariscos. Sin embargo, somos partidarios de la cadena durante la noche, en los jardines o en el campo, aunque no sea más que para evitar un drama. Jamás es agradable que nuestro perro muerda a un vagabundo, acaso inocente o simplemente curioso. Los ladridos al extremo de la cadena son suficientes para alertar al propietario y poner en fuga a los sospechosos. Los perros se dan perfecta cuenta de esto. Por la noche después de la cena, van derechos a su nicho y se dejan atar. Pero debe procurarse que la cadena no sea demasiado corta. Es muy importante que el animal pueda hacer sus necesidades lejos de su caseta, si se siente apremiado de noche, y estirar las piernas cuando lo desee.


El sistema del «trole» es el mejor. Consiste en tensar un alambre entre dos árboles. A este alambre se sujetará la cadena del perro de tal manera, que la anilla se pueda deslizar por el alambre. El perro se sentirá, de esta forma, con mayor libertad de movimientos y seguirá estando sujeto a un área, que habrá sido delimitada por su dueño.

No hay comentarios:

Publicar un comentario