Es tan sencilla como el corte de los espolones, y se realiza en el cachorro de aproximadamente una semana, pues, si se practicase sobre un animal que tuviera una mayor edad, se podrían presentar algunos problemas.
Con el cachorro muy joven no se precisa anestesia, aunque en muchos países las leyes para la protección de los animales la exigen cuando el rabo se amputa a cachorros de más edad.
En el cachorro de menos de diez dias la Operación es extremadamente sencilla: el cirujano afeita la piel, limpia el campo operatorio y secciona la cola a nivel de una vértebra según una técnica llamada "de jirón" que permite disimular la cicatriz en la parte inferior del rabo.
La cicatriz se cierra con dos puntos de sutura y se recubre con un apósito de esparadrapo. Tanto los puntos de sutura como el esparadrapo se pueden quitar después de que hayan transcurrido diez días desde la fecha de la operación.
Si el animal es mayor, la operación se hace con anestesia local o general. La técnica es la misma y la ligadura indispensable. Es preciso proceder a una ligadura cuidadosa de los vasos o, de lo contrario, se presentarían hemorragias largas y desagradables.
El apósito debe ser lo más sólido posible, pues el cachorro mayor tratará de desembarazarse de él mucho antes que un recién nacido.
Rectificación de la cola por vía quirúrgica
Se hace necesaria, estéticamente hablando, en los perros cuya norma exija que el rabo cuelgue más o menos oblicuamente. Esta operación consiste en neutralizar la acción de un grupo de músculos que provoca la posición viciosa, seccionando los haces tendinosos elevadores laterales del rabo en el lugar donde comienza la curvatura.
A veces, el cirujano debe operar en dos o tres puntos diferentes. Tras la operación el rabo se mantiene en apósito con entablillado durante diez días.
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Tener un perro no sólo significa darles un buen pienso para perros, sacarles de paseo y procurarles buenas camas para perros. Es necesario tener alguna nociones para poder protegerle ante imprevistos.
Cuidar a un perro no obliga siempre
a recurrir al veterinario. Usted puede cuidar por sí mismo al perro en muchos
pequeños accidentes. Nuestra guía veterinaria se ha hecho un poco en ese
sentido, pero siempre es indispensable distinguir entre las afecciones banales
y las enfermedades graves que deben consultarse en seguida con un veterinario.
Una pequeña farmacia veterinaria le
permitirá cuidar a su perro en el caso de enfermedades benignas o mientras
espera al veterinario.
Para cumplir bien con los cuidados
corrientes, para atender a las recetas del veterinario, le será necesario
poseer el botiquín que le indicamos más adelante.
Contención
Un perro puede ser más o menos
fácil de curar. En el veterinario, por lo general, la mayoría de los perros se
dejan tratar por miedo. Para los propietarios, el poblema es a veces más
delicado, pues el animal se debate o intenta morder. Entonces es preciso:
Ponerle el bozal. Por principio
tratamos de evitarlo, pero, incluso en el caso de un perro muy tranquilo, una
inyección dolorosa puede provocar una reacción casi involuntaria que también se
encontrará de manera constante en un animal agresivo. A un perro puede
amordazársele simplemente con una mano, pero a menudo hay que recurrir al bozal
adaptado al formato del perro, o al lazo, que es una solución extremadamente
práctica: Tome un trozo de trenza o de cinta, páselo en tomo al hocico del
perro, anúdelo sobre la cara con un nudo sencillo y ate los bordes libres
pasándolos tras la mandíbula inferior y después de trás de la nuca (véase al
lado). Puede apretar fuertemente porque no corre ningún riesgo de ahogo o
estrangulación.
Tras haber amordazado al perro, es
preciso sujetarlo. Puede mantenerle acostado: en este caso, se le coloca sobre
el flanco y un ayudante le coge por las patas y coloca su pecho más o menos
fuertemente sobre el perro, según que éste se debata o no. También se le puede
mantener sentado. Si es grande, es preciso que un ayudante se apoye sobre la
grupa para hacer que conserve esta posición. Si es pequeño, puede mantenérsele
en la posición llamada «esfinge», es decir, con las patas anteriores sostenidas
por la mano y los dos codos actuando de torniquete a lo largo del cuerpo, y el
ayudante apoyando su pecho sobre la grupa y el lomo. Para sujetar a un perro de
pie, hay que atar su collar muy en corto. Un ayudante puede entonces mantenerlo
inmóvil a caballo sobre él.
Botiquín Básico
Termómetro clínico Un frasco de
tintura de yodo Un frasco de alcohol de 90°