Tener un perro no sólo significa darles un buen pienso para perros, sacarles de paseo y procurarles buenas camas para perros. Es necesario tener alguna nociones para poder protegerle ante imprevistos.
Cuidar a un perro no obliga siempre
a recurrir al veterinario. Usted puede cuidar por sí mismo al perro en muchos
pequeños accidentes. Nuestra guía veterinaria se ha hecho un poco en ese
sentido, pero siempre es indispensable distinguir entre las afecciones banales
y las enfermedades graves que deben consultarse en seguida con un veterinario.
Una pequeña farmacia veterinaria le
permitirá cuidar a su perro en el caso de enfermedades benignas o mientras
espera al veterinario.
Para cumplir bien con los cuidados
corrientes, para atender a las recetas del veterinario, le será necesario
poseer el botiquín que le indicamos más adelante.
Contención
Un perro puede ser más o menos
fácil de curar. En el veterinario, por lo general, la mayoría de los perros se
dejan tratar por miedo. Para los propietarios, el poblema es a veces más
delicado, pues el animal se debate o intenta morder. Entonces es preciso:
Ponerle el bozal. Por principio
tratamos de evitarlo, pero, incluso en el caso de un perro muy tranquilo, una
inyección dolorosa puede provocar una reacción casi involuntaria que también se
encontrará de manera constante en un animal agresivo. A un perro puede
amordazársele simplemente con una mano, pero a menudo hay que recurrir al bozal
adaptado al formato del perro, o al lazo, que es una solución extremadamente
práctica: Tome un trozo de trenza o de cinta, páselo en tomo al hocico del
perro, anúdelo sobre la cara con un nudo sencillo y ate los bordes libres
pasándolos tras la mandíbula inferior y después de trás de la nuca (véase al
lado). Puede apretar fuertemente porque no corre ningún riesgo de ahogo o
estrangulación.
Tras haber amordazado al perro, es
preciso sujetarlo. Puede mantenerle acostado: en este caso, se le coloca sobre
el flanco y un ayudante le coge por las patas y coloca su pecho más o menos
fuertemente sobre el perro, según que éste se debata o no. También se le puede
mantener sentado. Si es grande, es preciso que un ayudante se apoye sobre la
grupa para hacer que conserve esta posición. Si es pequeño, puede mantenérsele
en la posición llamada «esfinge», es decir, con las patas anteriores sostenidas
por la mano y los dos codos actuando de torniquete a lo largo del cuerpo, y el
ayudante apoyando su pecho sobre la grupa y el lomo. Para sujetar a un perro de
pie, hay que atar su collar muy en corto. Un ayudante puede entonces mantenerlo
inmóvil a caballo sobre él.
Botiquín Básico
Termómetro clínico Un frasco de
tintura de yodo Un frasco de alcohol de 90°
Un frasco de mercurocromo
Un frasco de agua oxigenada
Un rollo de esparadrapo muy
adhesivo
Gasas estériles
Algodón hidrófilo y en rama
Dos vendas Velpeau de 5 cm de ancho
Una jeringa de 5 cm3 y otra de 10
cm3
Un juego de agujas de 15 8/10, 25
8/10, 30 8/10
Un tubo de penicilina, en pomada
Un bote de sulfamida, en polvo
Un colirio suave
Un frasco de gotas auriculares
Un bote de harina de mostaza
Polvo o spray insecticida
Un neceser de inyección de suero
antiveneno
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