sábado, 28 de febrero de 2015

Alimentación de un cachorros de cinco meses a un año


Este periodo es importante, puesto que en él, el cachorro forma su constitución adulta, tanto ósea como muscular. En esta etapa es importante aumentar las proteínas (carnes, pescados). Sólo con carne llegaremos a conseguir un hermoso perro y no con desechos o sopas de pan.



Lo más recomendable es darle dos comidas al día, normalmente lo más sencillo es comprar piensos para perros especialmente preparado para esta edad, las grandes marcas como pienso nutro o pienso profine, tienen buenos preparados que cumplen de sobra con una alimentación equilibrada, pero también podemos preparar nosotros la comida en casas. A continuación explicamos las raciones aproximadas:

Primera comida: Por la mañana, lo más recomendable es una comida ligera a base de legumbres o cereales.


Segunda comida: al mediodía o por la tarde vamos a alimentar al cachorro con carne de caballo o de buey, con cereales o legumbres: 150 g de carne para un perro de raza enana, 180 a 200 g para un perro pequeño, 250 a 400 g para un perro medio y 1 kg para un perro de tipo pastor o de tamaño parecido.


En cuanto a la cantidad de cereales y legumbres, lo mejor es darle al cachorro una cantidad a voluntad y, si vemos que el perro engorda demasiado lo que haremos es disminuir esa cantidad de cereales y legumbres, pero nunca disminuir la ración de carne.



Necesidad de vitaminas y minerales

La aportación de estos elementos sólo debe hacerse bajo consejo del veterinario. Sin embargo, y preventivamente, puede administrar vitaminas A y D antirraquíticas a partir de los dos meses sin olvidar, no obstante, que la hipervitaminosis es una enfermedad y que estas dos vitaminas son especialmente tóxicas.



El método más sencillo y menos nocivo consiste en administrar al perro aceite de hígado de bacalao. Según su tamaño, déle de media cucharadita a una cucharada sopera por día, pero nunca más, salvo consejo del veterinario.

Los perros de raza grande tienen un crecimiento rápido y necesitan también consumir calcio y fósforo. Exiten mezclas adecuadamente dosificadas a base de harina de hueso enriquecida que son excelentes a condición de no abusar de ellas.



lunes, 23 de febrero de 2015

¿Por qué ciertos perros son tan difíciles de controlar?


La mayoría de los perros domésticos se acomoda muy bien en la vida familiar, pero, de cuando en cuando, surge un macho que se convierte en un ser perturbador. Muerde a los visitantes sin que exista provocación alguna, si orina en la casa y, tozudamente, se niega a obedecer las órdenes. Cuando sale a la calle, es él quien lleva a su amo a pasear en vez de ser a la inversa. Se para cuando le da la gana y anda cuando se le apetece. Todos los intentos para hacerle avanzar son inútiles y cualquiera de los modelos de correas para perros son inservibles. A la hora de comer, ignoran el cuenco de la comida, aunque le compremos el mejor pienso para perros, y tiene que ser alimentados con delicadas especialidades. ¿Como puede el animal doméstico desarrollar este tipo de personalidad?

La respuesta es penosamente obvia, aunque los dueños de tales perro se niega a aceptarla. El hecho es que, a los perros de esta clase, se le ha permitido convertirse en los miembros dominantes de su manada. Cada lobo macho trata de conseguir este estatus en una manada salvaje, y los perros domésticos no son diferentes. Los humanos tienen una gran ventaja sobre sus perros en el pulso por el dominio, porque físicamente son mayores. pero si no lo establecemos desde el principio, llegarán a la conclusión de que son, en realidad, el individuo dominante del grupo. Esto no requiere decir que exista luchas auténticas con sus amos. Simplemente, puede ser en una confrontación porque el perro se las arregla para imponerse a sus compañeros humanos cuando le digan que haga una cosa y el perro insiste en hacer otra. Tras una larga serie de victorias de este tipo, el perro considerará que él es el dominante y comenzará a obrar en consecuencia. Esto incluye orinar dentro de la casa para mostrar que es su territorio, y tomar todas las decisiones cuando se sale a dar un paseo. Esta conducta no es anormal. Es perfectamente natural para el animal jefe llevar la iniciativa siempre que la manada está de cabeza. Por lo tanto, no puede entender porque sus decisiones acerca de echar a andar o detenerse son desafiadas. Asimismo, uno de los deberes de su jefatura es defender a sus subordinados (es decir, sus compañeros humanos) contra ataques de extraños.

De ahí sus agresiones al cartero, al lechero y ahí otros visitantes que llegan a la puerta.

Algunos adiestradores expertos son capaces de curar a esos perros difíciles a través de un amaestramiento disciplinario, para que vuelvan de nuevo ser miembros subordinados de la manada. Pero si se pone demasiado énfasis en la disciplina y la obediencia, el resultado puede ser un perro servil y sin carácter, de una clase sumisa y poco atractiva. El secreto es aspirar a un feliz término medio: equilibrar la autoridad del amo con la mayor libertad posible del perro.

domingo, 15 de febrero de 2015

Qué tipo de carne dar a nuestro perro

Aunque la mayoría de los propietarios de perros prefieren alimentarles con pienso para perros, existen otras opciones, y por ello hay gente que prefiere preparar su propia comida para perros. Uno de los alimentos favoritos de los canes es la carne, vamos a ver alguna consideraciones a tener en cuenta:

¿Qué carne elegir? La carne de buey es excelente, pues es rica en hierro y en sustancias minerales. Evite las carnes demasiado magras como el rosbif o el filete, que no sólo son caras, sino que pueden incluso perjudicar la salud del perro, pues éste necesita, sobre todo, cuerpos grasos. Por este motivo, es aconsejable que elija más bien trozos salpicados o de buey para guisado, como podrían ser, por ejemplo, codillo, garganta, pecho, tapa de costillas.

También puede dar a su perro una o dos veces por semana carne de caballo fresca o en bote, pues es buena para él a condición de suplir su carencia en grasas.

El cerdo no se recomienda nunca, ni crudo ni cocido. Su pesada grasa puede provocar trastornos digestivos muy graves. Por el contrario, la salchicha es un alimento canino por excelencia, por cuanto que tiene gran abundancia de proteínas y para los perros es muy fácil de asimilar.

¿Cocida o cruda? La cocción de la carne no se recomienda, pues desnaturaliza las proteínas y destruye más del 60 % de las vitaminas del grupo B. La cocción total (en puchero corriente) debe proscribirse, pues el desperdicio exagerado de las sales (cloruros y fosfatos en especial) produce fermentaciones y muy mala asimilación, que puede provocar un rápido adelgazamiento. Si no quiere dar a su perro carne totalmente cruda pásela por la parrilla sin aceite ni mantequilla o déle un hervor de medio minuto. Así se esteriliza su superficie y el interior conserva las vitaminas y todas las propiedades nutritivas. Si su perro ha estado acostumbrado, antes de llegar a su casa, a comer carne cocida, acostúmbrele lentamente al gusto de la carne cruda que es nuevo para él.

¿En trozos o picada? Si su perro es muy joven, lo más preferible es la carne picada. Si es adulto, cualquier forma es válida, pues de cualquier forma el animal no mastica la carne. En los animales de digestión lenta y difícil, el picado o la reducción a pulpa facilitará la degradación de la carne en el tubo digestivo.


Despojos. Si algunos despojos (pulmones, tráqueas, orejas, pies) sólo tienen un valor nutritivo extremadamente reducido, otros, por el contrario, son muy ricos (pulmones, hígado, sesos, riñones, tetilla). Deben prepararse con limpieza, proceder de animales sanos e incorporarse a la ración sólo periódicamente (una o dos veces a la semana). Muy rico desde todos los puntos de vista, el hígado a la larga puede causar diarreas y fermentaciones. Las visceras (estómago, intestino, tripas), muy energéticas, sólo son adecuadas para los animales de trabajo y son excelentes alimentos para colectividades (perreras, jaurías, etc.). Deben cocerse siempre, pues presentan riesgos de contaminación muy grandes si no proceden de animales perfectamente sanos. Sin embargo, las tripas frescas, sin limpiar y crudas, tienen un valor nutritivo casi duplicado. Tenga en cuenta que los despojos tienen acusada tendencia a la fermentación, incluso a la putrefacción.

viernes, 13 de febrero de 2015

Accesorios en un perrera



Cadena. Es indispensable si no se dispone de una perrera o de un nicho provisto de puerta. Pero hay que decir que no conviene que ningún perro la lleve permanentemente. Por un curioso complejo que desarrolla en el animal, lo hace peor y acaso no sea sólo porque le hace sentirse desgraciado. El perro con cadena se entrega con mayor facilidad a demostraciones excesivas de furor porque sabe que la cadena lo detendrá antes de haber ido demasiado lejos, antes de haber mordido. Por ello vemos a veces perros locos de rabia tirando del extremo de su cadena. Si ésta se rompe, el perro queda tan trastornado que vuelve al nicho completamente calmado...


No es menos cierto que la cadena hace a los perros chillones y desagradables, después malos y ariscos. Sin embargo, somos partidarios de la cadena durante la noche, en los jardines o en el campo, aunque no sea más que para evitar un drama. Jamás es agradable que nuestro perro muerda a un vagabundo, acaso inocente o simplemente curioso. Los ladridos al extremo de la cadena son suficientes para alertar al propietario y poner en fuga a los sospechosos. Los perros se dan perfecta cuenta de esto. Por la noche después de la cena, van derechos a su nicho y se dejan atar. Pero debe procurarse que la cadena no sea demasiado corta. Es muy importante que el animal pueda hacer sus necesidades lejos de su caseta, si se siente apremiado de noche, y estirar las piernas cuando lo desee.


El sistema del «trole» es el mejor. Consiste en tensar un alambre entre dos árboles. A este alambre se sujetará la cadena del perro de tal manera, que la anilla se pueda deslizar por el alambre. El perro se sentirá, de esta forma, con mayor libertad de movimientos y seguirá estando sujeto a un área, que habrá sido delimitada por su dueño.

sábado, 7 de febrero de 2015

La función del perro

Leyendo los numerosos libros y tratados escritos sobre el perro aparecen diferentes descripciones sobre cómo hay que criar y utilizar este animal. Desde la antigüedad el perro servía para "cualquier cosa" : para la caza, la guardia, la lucha, el contrabando, el arrastre de los trineos, etc.

Con el paso del tiempo y el cambio de las costumbres, estos objetivos se han modificado hasta llegar a ser los actuales, que a grosso modo se dividen en 3 categorías :
  1. Perros de compañía
  2. Perros de guardia 
  3. Perros de caza

Por lo que respecta al gato, la historia es sólo un poco diferente: de simple cazador de ratones se ha convertido en un misterioso y fascinante compañero de vida, sin otra función u objetivo.

En la mayor parte de los casos podemos reunirlos a todos en un único grupo: "animales de afecto", seres vivos que, principalmente, dan y reciben cariño. Antes de acoger a un perro es pues muy importante que el potencial propietario sepa con precisión lo que desea y qué se puede esperar del animal, a fin de evitar desagradables consecuencias en el futuro.

No siempre un perro de guardia, como un Mastín, o de utilidad, como un perro nórdico, consigue ser tan sociable como uno de compañía; un perro de caza difícilmente montará guardia como un Boxer o un Rottweiler. De este modo, escogiendo el animal mas idóneo para nuestros fines, evitaremos desilusiones futuras para nosotros y obligaciones injustas para el perro.

Compañía:

En este grupo se encuentran todos los perros que desarrollan una Función principalmente de compañía, para el propietario y su familia.

Se trata de razas muy difundidas y conocidas, como el Perrito de aguas. El Yorkshire, el Pequinés, el Maltés, etc., casi siempre de pequeño tamaño.

El aspecto más importante, al vivir en estrecho contacto con las personas y a menudo con niños, debe ser por tanto el carácter: manso, dulce. Juguetón, paciente, ya que no todos se van a adaptan fácilmente a los collares para perros.

Sin embargo no todas las razas consideradas de compañía tienen estas características, y es necesario reconocer que muchos perros agresivos e irascibles pertenecen a este grupo.
Se trata, sobre todo, de errores en la selección o actos de superficialidad, cometidos por el hombre, que tiende a privilegiar el aspecto estético en perjuicio del carácter. La belleza, requisito prioritario para algunos, debería situarse siempre en segundo plano respecto al carácter y la inteligencia del perro.

Guardia:

El perro de guardia constituye el segundo grupo, por su importancia y difusión en el mundo.

Lo que se le exige es un justo equilibrio entre la defensa de un lugar y unas personas determinadas y la capacidad de obediencia y autocontrol cuando se encuentra ante sus dueños. Debemos pues prepararnos para educar al perro con unos criterios de coherencia muy rígidos y sobre todo tener el tiempo y la firmeza para poner en práctica estos propósitos.
Si se deja que el animal aprenda de manera casual, difícilmente se consigue resultados apreciables.
Un perro de guardia puede ser también un buen perro de compañía, pero esto no es necesariamente cierto. No hay que pretender que se cumplan las dos cualidades simultáneamente, sino más bien centrarse en una de ellas, También en este caso resulta muy importante el cuidado del carácter  y del autocontrol, dejando en segundo plano la belleza.

Caza:

El perro de caza debe cumplir al menos dos requisitos principales : carácter y fuerza física.

En el primer caso debe comprender las intenciones del amo, saberse controlar frente a la presa y soportar sacrificios y fatigas no pequeños. Al mismo tiempo ha de poseer un físico de atleta y un perfecto sistema cardiocirculatorio y ósteomuscular que le permitan correr y resistir sin problemas las jornadas de caza. Los que tienen intención de criar un perro de este tipo saben ya por lo general lo que buscan y cómo llevar a cabo el adiestramiento.